2 de julio de 2012

Cuando un bosque se quema ...



... algo tuyo se quema!!
Este era el lema del spot de una de las campañas del entonces ICONA que intentaba concienciar a la población ante la llegada del verano de la impotancia de no hacer fuego en el bosque y prevenir los incendios forestales.
Aquella frase caló en la población. Y yo, siendo niño/adolescente entonces, aún la recuerdo tan vivamente como recuerdo los compases de la sintonía de El Hombre y la Tierra o, por poner otro ejemplo, el "Si bebes no conduzcas" que nos lanzaba Steve Wonder.


 
Pero hoy esa frase ha pasado a tener un sentido dolorosamente real para mi.
Este medioadía he recorrido, hasta donde me lo han permitido los cortes de carretera y la necesaria prudencia para no ponerme en peligro, ni exponer a ningún riesgo añadido a otros que hipotéticamente tuviesen que socorrerme; los términos de Alborache, Turís; Macastre, ... por los mismos caminos por donde desde hace más de 10 años me muevo observando las aves y colaborando como voluntario en programas de seguimiento que lleva a cabo la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife).
Y todos esos caminos conducían hoy el mismo destino ... la nada!!

Desde los cañaverales y choperas del río Magro, donde hace solo 15 días se perseguían las oropéndolas, cantaban los ruiseñores o aparecía fugaz por primera vez el avetorillo común, hasta la cumbre de la Sierra del Ave por donde las aguilas culebreras deslizanban su silueta y en cuyas faldas tarabillas, collalbas y trigueros atraían mi atención mientras buscaba evidencias de la reproducción de los aguiluchos cenizos; todo tiene hoy el mismo color.
El color negro. El color de la muerte del bosque.

 Del bosque y de sus habitantes. Asfixiados y abrasados los más. Desalojados, deshauciados a la fuerza por un vendaval de fuego sin control que en solo 72 horas que ha borrado del mapa sus hábitats los más "afortunados".
Todo esto se ha perdido.

Y si ante una catastrofe de estas dimensiones cualquier corazón sensible se sobrecoge y el alma se entristece, hoy yo me siento especialmente perdido y "huerfano" porque algo "mío", algo a lo que he dedicado esfuerzo, tiempo, pasión, ilusión, ... simplemente se perdió para siempre.





Y justo cuando escribo estas líneas me entero de que 2 accidentes de helicóptero se han llevado por delante la vida de un piloto que ha estado este tiempo trabajando por detener el fuego, por proteger personas y bienes, por parar esta ola de destrucción. Un piloto que desde Zaragoza a venido a dejar su vida en el fondo del pantano de Forata.

Tristeza sobre tristeza. Dolor sobre dolor. Muerte sobre muerte.








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