20 de octubre de 2011

Paseos por el valle del Tietar!! (I)

Este fin de semana he tenido la oportunidad de viajar hasta el Valle del Tietar y pasear por las dehesas de El Boyal (Barquilla de Pinares), entre Oropesa de Toledo y Madrigal de la Vera.
Gracias a la generosidad de César, que nos aloja en su casa, nos reunimos todos los años un grupo de  amigos/as, con nuestras respectivas familias. Durante unos días disfrutamos de la buena comida y de las largas sobremesas en este lugar "con encanto".

Pero el Boyal es para mí un lugar especial. La dehesa, el arroyo Dongil, las pequeñas lagunas, los sotos del río, la Sierra de Gredos cerrando el horizonte,  ... son paisajes donde me encuentro con aves que habitualmente no tengo el placer de observar en Valencia.

En esta ocasión este valle extremeño me recibió todavía agostado por este verano sin fin, con los arroyos resecos y las lagunas, reducidas a una mínima lámina de agua, resistiéndose a desaparecer a pesar de la falta de lluvias de este extraño otoño.

No obstante, aunque el paisaje acusaba la falta de agua, la variedad de hábitats y ecotonos de esta zona asegura la presencia de una gran diversidad de avifauna, máxime en época migratoria como la que nos encontramos. Las casi 60 especies observadas en 2 días son buena prueba de ello.


Sábado 15/10/2011
8,30 h. Cielo despejado. Paseo por la dehesa mixta de encina y roble con destino a un arroyo represado que forma una pequeña laguna.


Despierta la mañana con el canto de los petirrojos, mirlos, gorriones y estorninos en torno a la casa.
Paseando entre las encinas y robles, los rabilargos (Cyanopica cyana) se suman pronto a la lista de aves anotadas en el cuaderno de campo, junto a carbonero común, herrerillo común, agateador común, mosquiteros, pinzón vulgar, tórtola turca, paloma torcaz y un par de rezagadas abubillas que quizá hayan decidido no emprender viaje a Africa.
Pero la primera sorpresa me la deparó un bando de 22 ánsares (Anser sp.) en vuelo hacia el sur que pude fotografiar en la distancia.

(Foto: Virgilio Beltrán)

Llegado a las inmediaciones del Dongil y sus lagunas, el cambio de hábitat comporta la aparición de nuevas especies ligadas al medio acuático. Abunda la lavandera blanca y se deja ver alguna lavandera cascadeña. Junto a estas anoto las observaciones de 2 especies de limícolas: andarríos grande (Tringa ochropus) y avefría (Vanellus vanellus),  2 de anátidas: pato cuchara (Anas clypeta) y azulón (Anas platyrrynchos) y otras 2 de ardeidas: garza real (Ardea cinerea) y garceta común (Egretta garzetta); además de otras como martín pescador (Alcedo atis), gallineta, zampullín chico, cormorán grande o gaviota reidora.
                          (Fotos: Virgilio Beltrán) 
Tras un par de horas observando y anotando, 2 ejemplares de golondrina dáurica cierran la lista de especies observadas en torno al agua.

Inicio el camino de regreso a la casa por una zona de dehesa más aclarada que me proporcionará nuevos contactos que anotar en mi cuaderno. El primero tiene lugar sobre mi cabeza en forma de trompeteo de las primeras grullas (Grus grus) de esta temporada. El segundo, es una pareja de cuervos que vuelan sobre el horizonte algo más cerca, y el tercero un bando de 5 alcaravanes muy próximos ya a las cuadras.
Un triguero y varios ejemplares de alondra y cogujadas cerrarán la lista de la jornada matinal.
                                                                                                                (Foto: Virgilio Beltrán) 


 A mediodía sobrevuelan la casa en diferentes momentos un ejemplar de cigüeña negra (Ciconia nigra), un buitre leonado y un buitre negro (Aegypius monachus).

Por la tarde, paseando por el soto fluvial y los campos de cultivo junto a la población de Barquilla, se añadirían a la lista jilgueros, tarabilla común, colirrojo tizón, urracas, alcaudón real meridional, curruca capirotada y mito.

Y llegada la noche, como queriendo intervenir en la tertulia entre amigos que se establece alrededor de la mesa, varios ejemplares de cárabo (Strix alauco) hacen notar su presencia ululando entre los árboles del cercano bosque de ribera.
  
                                                                (Foto: Virgilio Beltrán)




Finalmente despiden la noche nuevos bandos de grullas que trompetean surcando el cielo iluminado por la luna en dirección al sur.

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